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Para nuestros mayores

¿Cómo organizar el cuidado de una persona mayor?

Con la edad, las personas mayores son cada vez menos activas, con mayor frecuencia sufren lesiones y padecen muchas enfermedades. Cuidar de los ancianos, especialmente cuando su salud no es buena, es una tarea extremadamente difícil y responsable. Si tratamos con padres o abuelos enfermos a diario, tenemos otros deberes además del trabajo y el cuidado de nuestros propios hijos. ¿Cómo lidiar con esta difícil situación?

Tabla de contenidos

1. Apoyo familiar

Una pérdida inesperada de la condición física o el control sobre la vida de uno da vuelta el mundo al revés. Enormes cambios no solo esperan al paciente, sino también a sus familiares. Es importante que muestren mucha paciencia y tolerancia entonces. Si los miembros de la familia trabajan juntos para desarrollar gráficos y compartir responsabilidades, cada uno de ellos podrá contar con apoyo físico y mental. Al determinar las tareas, debe tener en cuenta sus habilidades. Si alguien puede cocinar, puede encargarse de preparar las comidas. Si uno de los cuidadores no puede viajar al paciente todos los días, permítales visitarlo los fines de semana o llevarlos a casa durante las vacaciones. Hay muchas ideas para lidiar con la situación. Lo que cuenta sobre todo es la cooperación y la buena organización.

A veces no podemos ocuparnos nosotros mismos de nuestros padres o familiares, o por lo menos no 24 horas al  día, en estos casos podemos contratar un cuidador o una cuidadora especializada, por horas o de forma interna:  cuanto cuesta un cuidador de ancianos.

2. Cuídate

Si cuidamos de una persona mayor nosotros mismos, recuerde no perderse como tutor, porque la calidad de nuestras vidas afectará nuestros deberes. Cuando estamos agotados y frustrados, nuestros seres queridos sentirán inmediatamente que algo está mal. Solo porque pasamos menos tiempo con los enfermos no significa que no lo amemos. Es difícil ver a alguien las 24 horas del día con tu propia casa y tu familia. No tenga miedo de utilizar la ayuda de especialistas más calificados en este campo. Una persona con cuidados superiores no puede realizar todas las actividades necesarias, como administrar inyecciones o reemplazar el catéter, por lo que vale la pena pensar en apoyo adicional.

3. Beneficios estatales

Cuando la familia no puede brindar al paciente la atención adecuada, el estado viene a ayudar. La persona mayor tiene la oportunidad de aprovechar los servicios de cuidado para satisfacer las necesidades diarias. Los pacientes con enfermedades crónicas pueden contar con un servicio financiado con fondos públicos, que es atención domiciliaria de enfermería . Para obtener una referencia para este tipo de ayuda, debe acudir a un médico de seguros de salud. El cuidado detallado de la persona mayor se determina junto con el paciente, su familia y la enfermera.

El estado también ofrece apoyo financiero en forma de un suplemento de enfermería y un subsidio de enfermería, otorgado a personas que no pueden vivir de manera independiente. Además, en el caso de la atención para un miembro de la familia dependiente, los cuidadores también pueden recibir un subsidio para la atención.

Informate en el departamento de Seguridad Social y Bienestar CIudadana de tu comunidad autónoma, provincia y ayuntamiento.

4. Permanecer en un centro de atención

A veces sucede que no nos calificamos para recibir ayuda estatal y tenemos que pensar en quedarnos en una casa para personas mayores. ¿Cómo se ve la atención en este tipo de instalaciones? Por un lado, todavía escuchamos sobre los malos tratos a los pacientes, pero por otro lado podemos admirar las coloridas fotografías de objetos disponibles en sus sitios web. ¿Cómo verificar mejor la información obtenida? La solución más efectiva será una visita a un asilo de ancianos, así como una conversación con los propietarios y aprendices.

¿Se está preguntando cuál es el correcto funcionamiento de los centros de atención para personas mayores? Venga y vea: Cuidado para personas mayores en hogares de ancianos.

Para obtener un lugar en un asilo de ancianos, primero debe presentar una solicitud por escrito al centro de bienestar social más cercano, con una solicitud para ser colocado en un Hogar de bienestar social. El mayor o su tutor legal pueden encargarse de ello. En el siguiente paso, una entrevista ambiental espera al paciente y su familia, cuyo objetivo es asegurarse de que la atención a una persona mayor sea imposible en el lugar de residencia. Después de completar todos los trámites, un trabajador social presenta una solicitud de derivación a un centro de atención, que también incluye una opinión sobre la condición física del adulto mayor, un certificado de sus ingresos, el consentimiento para cobrar por permanecer en un hogar de ancianos y una declaración de voluntad para colocar el centro.

Colocar a nuestros familiares en hogares de ancianos no es una decisión fácil. Las sucursales tientan con sus ofertas, alentando a los clientes con sitios web ricos, así como a precios de temporada más bajos. Si tiene problemas para elegir el objeto correcto, consulte: Cómo elegir la residencia