Saltar al contenido
Para nuestros mayores

Mi tratamiento de úlceras de decúbito [mi experiencia]

ulceras de decubito tratamiento

Todas las  persona con lesión medular, o las que por cualquier otra razón se ven confinados a la silla de ruedas, se enfrentarán tarde o temprano con el problema de las úlceras por presión. Este también fue mi caso, y muy doloroso, por cierto.


Especialmente es el caso de los que no sienten nada debajo del cuello o los brazos, porque hasta que no noten o vean ningún síntoma perturbador en la superficie de la piel, vivirán con la falsa tranquilidad que las escaras o las llagas no son su problema.

A pesar del buen conocimiento de todos los riesgos que corren las personas con parálisis cuadripléjica, también me sentí bastante incómodo y reacio con la profilaxis contra las úlceras de decúbito. La consecuencia de esto fue mi primera úlcera por presión en el hueso de coxis, que se formó aproximadamente un año después de la fractura de la columna cervical.

zonas de peligro de ulceras de decubitoLa causa de la úlcera por presión era permanecer sentado sin ningún movimiento, durante demasiado tiempo. La presión constante y la falta de suministro de sangre adecuado al área del coxis fue la culpable de la aparición de la llaga.

Los primeros síntomas que aparecieron era una herida, cada vez más grande, y la sudoración de la mitad derecha del cuerpo. El uso de más de una docena de medicamentos, cremas y geles que iban a ayudar a curar la herida no ayudó mucho, la verdad. Mientras el tamaño y la profundidad de la úlcera por presión continuaron aumentando. 15 minutos en sentado en silla de ruedas fue suficiente para empezar a sudar. Cuando el olor desagradable comenzó a extenderse en la habitación, me di cuenta que no era ninguna broma y que era necesario tomar medidas drásticas.

Decidí dejar de sentarme por completo en el trasero para no presionar más la herida y permitir que regenerara el tejido. Un amigo mío me acababa de traer un medicamento alemán para las úlceras por presión y, gracias a mis padres, podía lubricar la úlcera cuatro veces al día. Ser constante, y dejar de pasar el tiempo sentado de frente, trajeron sus frutos, y a de tres meses la herida  del coxis se curó por completo. Después de este tiempo, finalmente pude volver a sentarme, aunque recordando siempre que no sea por más que 3 horas seguidas.

Mi segunda llaga seria  también apareció por estar sentado demasiado tiempo. Pasaron 10 años desde que curé mi primera úlcera de decúbito y, desafortunadamente, cada vez me permitía pasar más horas en la misma posición, presionando la misma zona de los glúteos. Me olvidé de la profiláctica. Creí que el tema de las úlceras por presión ya es agua pasada. Esta vez el primer síntoma fue una rotura de piel de tres centímetros en el coxis y una ligera sudoración.

Gracias al uso de Mepentol la herida se redujo a 3 milímetros. Viendo tan buenos resultados y la reducción significativa de la llaga, me descuidé y volví a pasar sentado durante mucho tiempo seguido. Lo que no sabía es que esta nueva úlcera no era igual que la anterior,  que era mucho más traicionera. La cicatrización de la herida fue solo superficial, y el tejido muerto debajo de la capa superficial de la piel aumentaba de tamaño, segregando un desagradable líquido maloliente a través de un pequeño orificio. Varios meses de terapia con varios medicamentos no dieron ningún efecto, la molestia en forma de sudoración y secreción desagradable aumentó, por lo que decidí pedir ayuda en una clínica especializada, departamento de cirugía general.

El cirujano examinó de cerca mi problema y recomendó inyecciones que la solución salina fisiológica, a través del orificio de la piel, para enjuagar y limpiar la herida debajo de la superficie.

Después de un mes volví con visita de control, pero entonces ya mi cirujano no estaba de guardia y me atendió otro médico. Después de un breve examen me dijo que era era una nimiedad y que no vuelva a molestarles con tonterías así. Me quedé sin habla. Tengo una úlcera por presión que me impide vivir sentado, y el médico me dice que eso no es nada. Regresé a casa, pero decidí no rendirme.

Decidí volver al hospital pero sólo cuando esté de guardia el médico anterior, él que no subestimó mi problema. Así hice y las visitas durante los siguientes meses todo iba bien. El médico me recetó varios medicamentos, pero desafortunadamente mi problema no disminuyó.

Después de tres años de tratamiento no hubo efectos, e incluso si sólo pasaba una hora sentado me subía la fiebre y la herida se enconaba. Cansado con la situación y bastante desesperado  durante una visita al médico le pregunté si no se puede cortar este úlcera, con toda la carne podrida alrededor. El médico dijo que es en un lugar en el que las personas sanas que llevan una vida activa este tipo de heridas se curan durante meses y que en mí caso podría no sanar nunca. Estaba destrozado, pero no me rendí.

Navegando por Internet y leyendo sobre las úlceras por presión, encontré que algunos departamentos de cirugía plástica y quemaduras, que se especializa en el tratamiento de las úlceras por presión. Por suerte, el examen médico claramente me calificó para la cirugía.

Me informaron que la condición necesaria para el éxito del tratamiento es permanecer tumbado boca abajo, durante tres semanas después de la cirugía. Sonó muy duro, pero yo ya estaba desesperado y acepté todas las condiciones, y hasta me alegré de haber estado por fin en buenas manos. La operación duró una hora y consistió en extirpar el tejido muerto que se extendía desde el hueso de coxis hasta la pared abdominal alrededor del peritoneo.

Cual era mi decepción, cuando a de diez días después de la cirugía, algún liquido comenzó a  segregarse de la herida.

La visión de la nueva operación, y de prolongar mi posición “boca abajo” otras semanas me asustó bastante. Por suerte, gracias los médicos y del personal de enfermería, los síntomas indeseables desaparecieron y todo empezó a ir bien otra vez. Después de dos meses de permanecer en el hospital regresé a casa con una pequeña herida que seguía excretando un poco del liquido.

El médico admitió que debido a la extensión de la úlcera y al espacio de difícil acceso, algunos fragmentos podrían haberse omitido durante la operación y esta es la razón por la cual la herida no se cura. Sin embargo, el médico era optimista y opinaba que la herida eventualmente se curaría, siempre y cuando recordara no pasar mucho tiempo sentado comprando unas buenas cojines antiescaras. Aproximadamente a de un año después de la operación, la herida  desapareció y solo quedó una cicatriz postoperatoria.

Como puedes ver en mi experiencia, las escaras son un gran problema para las personas privadas de sentirse debajo del lugar de la lesión. Es muy fácil provocar una úlcera en la piel, pero es muy difícil curarla. El tiempo de tratamiento para mi segunda úlcera de decúbito fue de 5 años, me costó una suma considerable de dinero y, sobre todo, limitó significativamente mi funcionamiento activo, ya por si bastante restringido. También vale la pena mencionar que la amenaza a mi vida fue muy real. Por lo tanto, recomiendo la observación de las partes más expuestas del cuerpo, el cambio frecuente de posición y la compra de unas buenas almohadas anti-escaras. Al seguir estos principios básicos, puedes esperar que el problema de las escaras a ti no te tocará.

(Autor: Marcos, tetrapléjico a consecuencia del accidente de moto, hace 20 años)

Si te interesan experiencias reales con las úlceras, escaras y otros problemas con la piel de personas mayores, lee estos artículos: