
La demencia senil, también conocida como demencia, es una enfermedad que afecta principalmente a las personas mayores. A menudo se desarrolla en silencio y no se muestra durante muchos años. ¿Qué debo tener en cuenta para reconocer rápidamente la demencia en mis seres queridos? ¿Cuáles son los síntomas de la demencia senil?
Demencia y edad
La demencia senil es una enfermedad que provoca cambios irreversibles en el tejido del cerebro, provocando deterioro cognitivo. Suele afectar a personas mayores, después de los 60 años, aunque también hay casos de pacientes más jóvenes. Todos tenemos problemas de memoria o concentración. Debido al ritmo acelerado de la vida y al gran volumen de tareas, a menudo tenemos problemas para recordar la lista de compras u olvidar la fecha de la cita con el médico. Sin embargo, estas condiciones son temporales y la dosis adecuada de sueño y un estilo de vida saludable nos ayudan a recuperar un mejor estado de ánimo. Desafortunadamente, los trastornos de la memoria también pueden presagiar enfermedades más graves, como la demencia senil.
Las principales causas de la demencia son la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer. A menudo, la demencia es el resultado de un tumor cerebral en crecimiento y una alteración metabólica o endocrina. El estrés crónico, el abuso de alcohol, la diabetes y la depresión también pueden contribuir a la demencia. El diagnóstico de la enfermedad lo realiza un neurólogo que, además de una entrevista con el paciente, solicitará pruebas, entre ellas, tomografía computarizada o resonancia magnética de la cabeza.
¿Cuáles son los síntomas de la demencia?
¿Cuándo visitar a un neurólogo? Como cuidadora de personas mayores, sé que los problemas de memoria y una serie de otras dolencias se consideran elementos inseparables de la vida de las personas mayores. Sin embargo, esto no significa que se puedan subestimar los síntomas de las enfermedades. Muy a menudo las personas mayores, aunque son conscientes del deterioro de su salud, no muestran sus debilidades frente a sus familiares o cuidadores. Es nuestra responsabilidad y la necesidad de observar al mayor.
Los síntomas de la demencia están relacionados con una función cerebral deteriorada. En la primera fase de la demencia, el paciente tiene deterioro de la memoria, puede olvidar palabras, fechas de citas médicas, estados de ánimo, puede evitar reuniones, mostrar signos de depresión. La segunda fase de la enfermedad es, por supuesto, el deterioro progresivo de la memoria y la falta de vocabulario, la falta de apetito, así como la aparición de desequilibrios y una mala orientación espacio-temporal.
Es posible que el paciente no recuerde lo que hizo ayer, pero cuenta una historia de hace varios años, aunque no puede decir cuándo ocurrió un incidente. El paciente se vuelve más sensible a los sonidos agudos y agudos. La tercera y última etapa de la demencia se manifiesta por una falta de coordinación motora, el paciente no reconoce a sus familiares, puede estar paranoico. No puede comer ni sentarse solo, necesita cuidados las 24 horas.
Cuidando a las personas con demencia
Cuidar a una persona mayor que sufre demencia es una tarea difícil que requiere paciencia. En la etapa inicial de la enfermedad, debemos apoyar a un ser querido, pero no cumplir con todos sus deberes, lo que puede agravar la demencia. Vale la pena adaptar la casa a las necesidades de una persona mayor, por ejemplo, dejar tarjetas con el nombre de los artículos o la ubicación de los artículos.
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Desafortunadamente, la demencia es una enfermedad progresiva e irreversible. Su etapa final está relacionada con la atención las 24 horas al paciente, por lo que muchas familias deciden contratar un cuidador o trasladar al paciente a un centro especial. Recuerde que puede retrasar la progresión de la demencia. El tratamiento farmacológico permite detener levemente el proceso de profundización de los cambios y así mantener el bienestar y la calidad de vida del paciente durante más tiempo. Es por eso que la observación de los seres queridos y los exámenes regulares son tan importantes.
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¿Cómo puedo prevenir la demencia o retrasar mi afección una vez que se ha diagnosticado? El entrenamiento de la memoria es clave. Crucigramas, rompecabezas, sudoku, aprender un idioma extranjero, así como jugar, ajedrez, juegos de mesa o leer libros. Cada esfuerzo del cerebro hace que nos ocupemos de nuestro estado mental. El estilo de vida también es importante: una dieta adecuada, una dosis de actividad física y sueño.